Siguiendo las leyes del mercado, cabría contestar al titular de este post repetidas veces: es el fan, el fan, el fan, el fan y el fan. Pero la evolución de la industria invita a dudar sobre quién tiene el control de la misma, si es el fan, o si éste prefiere ceder el control del timón a otros ya que, decidir y ser responsable de dónde ha de ir el barco, que es siempre una acción más incómoda que rendirse al papel de pasajero. ¨Que me digan qué es lo que hay que escuchar, que tener un criterio propio da demasiada pereza.¨
A modo de metáfora podemos mencionar un fenómeno muy común en el mundo de la moda. ¿Sabe el consumidor de Zara realmente lo que quiere, o prefiere rendirse a las sugerencias de los escaparates de Zara, y de lo que visten los de su alrededor?
Las discográficas saben que la audiencia se rinde a los artistas que ellos producen, porque son irreales, son sueños en las mentes de los fans, reflejo de ilusiones de cualquier ser humano. Warner ejerce éste poder y pone en jaque a last.fm. Warner no quiere hacer uso de la paciencia y esperar a que last.fm evolucione hasta ser una fuente de ingresos rentable, y les exige más. Servicios tan novedosos como last.fm están en fase de experimento, pero una empresa tan tradicional como Warner ni sabe ni quiere entenderlo, sólo quiere su dinero. Nada que ofenda al sentido común.
Pobre fan, se sentirá frustrado al introducir en la radio de last.fm ¨Stairway to Heaven¨de Led Zeppellin y no encontrar nada a cambio. Menudo rompecabezas para la directiva de last.fm: ¿cómo atraer a los fans, si no disponemos del catálogo más deseado?
¿Quién manda pues, en la industria musical? La posición dominante que otorga un gran catálogo musical permite a las grandes discográficas ejercer su poder, saben que se las necesita. Lo que es una verdadera pena, es que lo hagan contra inocentes, creyendo que el intercambio de música p2p, y la piratería, es la fuente de sus desgracias. La música se consigue gratis donde se quiera, ya no es el modelo de negocio, y no hay nada que nos pueda frenar a los fans para conseguir la música que queremos. Ser propietario de la música que escuchas, es un diferencial completamente irrelevante.
Semana pues de toque de autoridad de una de las grandes, Warner Music, que demostrando que poco negocio se puede hacer sin ellas ya que con ausencia de su catálogo, el fan se largará. Una pena que esa autoridad se vea ensuciada por la sinvergüenza de demandar a Pablo Soto, creador de software p2p.